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MANIFIESTO, Terence Gower

Manifiesto yuxtapone música y arquitectura, dos formas de expresión que emplean ritmo, textura, armonía, proporción y dinámica (de acuerdo con las teorías del arquitecto renacentista Leon Battista Alberti).
En su Manifiesto de la arquitectura emocional y en su forma construida, El Eco, Mathias Goeritz añadió emoción a su lista de las características esenciales de la arquitectura. Respondí a Goeritz con música góspel, una forma que pone la emoción al servicio de la elevación espiritual.

Como parte de un ejercicio para integrar música con el manifiesto arquitectónico de Mathias Goeritz, invité al compositor Will Orzo a desarrollar una melodía góspel básica para una selección de frases clave de un texto de Goeritz. La intérprete de Manifiesto, Rachel Sharples, es una joven artista del góspel que desde muy pequeña ha cantado en su iglesia, Victory Assembly of God en Queens, Nueva York. Los tres nos reunimos en un estudio de grabación en Nueva York a finales de mayo de 2015, con la composición de Will y una copia del Manifiesto de Goeritz traducido al inglés. Grabamos la interpretación que Rachel hizo de la melodía de Will, así como series de improvisaciones de frases y palabras significativas que seleccioné del texto. Con el arreglo que hice en este trabajo de sonido me propuse lograr un espíritu aleatorio, como si estuviéramos componiendo en el estudio de grabación, experimentando de manera gradual con la correspondencia de un género (un manifiesto cultural) con otro (música religiosa).

Un manifiesto es un dispositivo retórico diseñado cuidadosamente para —tanto por su estructura como por las palabras que se seleccionan— encender las pasiones de quienes lo escuchan. Para las vanguardias culturales de principios del siglo xx, un manifiesto era el requisito y el mensaje último para lanzar
un nuevo movimiento artístico. Así como se escribía un manifiesto político para lanzar una nueva campaña, la escritura de un manifiesto artístico delineaba el plan de acción y los ideales de un movimiento. La prosa del manifiesto es declarativa, tienen un carácter proselitista, no distinta a la contundencia del sermón religioso. Despliega las ideas y las creencias de un movimiento, pero funciona también como la maquinaria emocional del movimiento.

El Manifiesto de la arquitectura emocional de Mathias Goeritz, de 1953, es fiel a la forma. Ataca el statu quo contemporáneo —el funcionalismo de principios de la década de 1950— e insiste en que la arquitectura tome una nueva dirección: un regreso a la emoción y a la espiritualidad que reconoció en la pirámide, en la catedral gótica y en el palacio barroco. El texto de Goeritz está lleno de referencias a lo espiritual y al potencial emocional del espacio arquitectónico. En su ensayo Cabaret Voltaire, María Teresa de Alba vio a Goeritz a la búsqueda de “un arte sagrado, mediador entre dioses y hombres, mensaje y mensajero.” Y es verdad, el texto que canta Rachel Sharples en Manifiesto contiene un lenguaje que no estaría fuera de lugar en una canción interpretada en un encuentro religioso: “[…] el hombre —creador o receptor— de nuestro tiempo aspira a algo más que a una casa bonita, agradable y adecuada. Pide —o tendrá que pedir un día— de la arquitectura y de sus medios y materiales modernos, una elevación espiritual […]”.

El góspel es una forma musical con raíces en las canciones laborales y en los cantos espirituales de la antigua cultura afroamericana. Para compartir himnos con textos sagrados entre los miembros de una congregación, surgió una forma de canción que se valía de la repetición de frases y de preguntas y respuestas. Estos dispositivos, junto con la sintaxis bíblica, constituyen todavía las características principales de la música del góspel moderno. Me interesé en el góspel como una forma musical funcional. Desde mi punto de vista, se ha desarrollado a lo largo de los siglos como un medio eficaz para hacer llegar un mensaje importante de la manera más profunda posible.

La ejecución musical, diseñada para generar una emoción fuerte y un sentimiento de compañerismo, es con lo que experimentábamos en el estudio de grabación. La idea era valernos de esa ejecución para las frases del Manifiesto de Goeritz, para su interpretación en vivo y su reproducción en el volumen cúbico y alto de El Eco. La meta ha sido generar —en las mayúsculas de Goeritz— un GRITO que haga ECO…

Terence Gower

Videos grabados durante Manifiesto el 30 de octubre de 2015 en el museo experimental el eco.

Pdf del póster

instagram.com/aprdelesp

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