“No, ahorita voy a la parte de la función -no hablo yo de estilo-, porque estilo es una cosa que atañe ya a la estética y a la emoción plástica que nos da la cosa. Estoy hablando de funcionalismo. Han equivocado los arquitectos de todo el mundo la proporción de cristal, es decir de ventanas o de espacios abiertos hacia el exterior. Un edificio es toda una ventana, hay casas en que todo es una ventana; eso es desagradable para vivir en residencias o en oficinas. De hecho, se se fija cualquier persona, aquí en las Lomas de Chapultepec, en todas esas casas verá que todas las cortinas están siempre totalmente cerradas; quiere decir que los que presumen de que van a ver el paisaje o algo, no es cierto que lo estén viendo. Los arquitectos son los que debían haber guiado a la clientela para evitar ese error en la desproporción de ventanas, que ya no permite penumbras acogedoras en el interior, que ya no permite muros dónde poner los muebles, y que ha convertido las residencias en clubes. En ellos sí pueden tener interés las ventanas, porque entonces se ve el deporte, se ve el juego y se incorpora toda la vida de los que están ejecutando cualquier deporte hasta la cantina y en el living room o el bar del propio club. En conclusión: si las casas las han convertido en clubes, ahora la gente no las vive más que muy poco, sólo para invitar gente a los llamados parties y a los cocktails. Aparte de eso se vive fuera o se pasa la vida de club en club, es decir de casa en casa donde tienen su bar. La función de la casa la han perdido casi completamente.”
Excerpt from the interview by Alejandro Ramirez Ugarte to Luis Barragan in Mexico City, 1962.